ASCENSIÓN ASPE Y COLLARADA EN EL PIRINEO ARAGONÉS

Vista ascensión Collarada

-“Collarada, collarada, vaya vistas que me agradan, cuando subo a tu balcón, y me asomo a túuuuu ventana…Collarada, collarada…” ¡Un saludo aziblogueros!…Así empiezo la crónica de nuestra última aventura, cantando, con voz atiplada y embargado por la emoción, una preciosa jota compuesta durante nuestra estancia, este fin de semana, en el pirineo Aragonés, donde hicimos la ascensión de dos picos emblemáticos “el Aspe y el Collarada”. Fue duro, inhumano, muy sufrido, ¡ay! ¡huy!, cómo me duelen los cuadriceps; cada vez que me levanto de la silla o subo escaleras veo las estrellas, pero, la extrema dureza siempre tiene su contrapunto, y ese contrapunto tiene un nombre: “-Sres y Sras, es un placer presentaros a la única, la irrepetible, la gran musa que siempre nos inspiró para superarnos frente a la adversidad: “La cerveza Ambar”…¡La cerveza de mi querida tierra, Aragón, y que muy pocos conocían!…¡Qué rica!, ¿verdad?…¡Qué bien lo pasamos!, ¿empezamos la crónica?…

Foto grupo en la cumbre

Salimos el Viernes desde la cafetería de Hontanares en Avda. de América; éramos siete, ¡los siete magníficos!, a la espera de si el misterioso “octavo pasajero” se decidía o no a venir…En dos coches, iniciamos el viaje hasta el pueblo de Canfranc, en la provincia de Huesca, donde nos íbamos a alojar en un albergue…En un coche fuimos VisentBuddha, Carlos y yo, y en el otro, Oscar, Marek, Pedro y Maria José Font…Fui un viaje, hasta el pueblo donde nos alojaríamos, muy instructivo e inédito, yo diría que hasta épico, con Carlos Revilla haciendo un minucioso relato de todos los picos y techos provinciales de España que había recorrido, sus puntos fuertes y débiles y los percances y adversidades encontrados; ¡si es que lo sabe todo sobre montaña!, no me extraña que se haya ganado el apodo de “Carlospedia”; yo he aprendido mucho con él, y seguirá siendo mi héroe más admirado.

Vistas hacia el Collarada

Llegamos tarde a Canfranc, después de cenar en Huesca, y nos dormimos…un momento, ¿VisentBuddha durmió?, ¡no puede ser! si es el “Hombre que siempre está despierto”…Jajajaja….Al día siguiente, nos levantamos pronto a las 6’ 30 a.m ya que habíamos quedado con un Taxi a las 7’30 a.m. que nos subiría al “puerto de la trapa” desde la localidad de Villanúa, y, claro, no pudimos tomar café…Llegamos al pueblo, y, ¡espanto!, había olvidado mi cartera encima de mi litera en el albergue, huelga decir, que me cayó una bronca de Carlos de tres pares de narices…Descompuesto, de vuelta hacia Canfranc, a 180 por hora, agitaba ambas manos mientras me miraba encolerizado, echando sapos y culebras por mi despiste…¡No me extraña, no tomó Café!, y yo lo único que pensaba, empequeñecido en el asiento del copiloto, es que cogiera el volante y mirara de frente…Segunda gran bronca, la del taxista, ésta a todo el grupo, ya que llegamos unos minutos tarde, y con fuerte acento maño despotricó por nuestro retraso…Entramos en el Land Rover que nos llevaría al punto de salida para iniciar el ascenso al Collarada, con Carlos, bromeando con el taxista -se supone- para que me dejara en tierra por ser el culpable de todo este desaguisado…Muchas risas y el buen humor volvió a florecer entre todos, contagiando al taxista que resultó ser como todos los maños, una persona noble y entrañable, y del que aprenderíamos muchas cosas de la zona después de someterlo a un hábil interrogatorio. Así, continuábamos la subida hacia la Trapa en el Land Rover que daba fuertes sacudidas que nos empujaban unos hacia otros, debido a los enormes socavones que inundaban la deteriorada pista y que, a duras penas, podía sortear…Una vez en la Trapa (1.700 m) iniciamos una espectacular ascensión al pico Collarada de 2.886 m, donde destacaría dos cosas: el bautizado “paso de las cadenas” donde había que asirse fuertemente a unas cadenas para asegurar el paso a través de una garganta y, segundo, el tramo final, de fuerte inclinación y tierra-polvo que hacía muy pesado e incómodo el avance hacia la cima, con constantes resbalones y caídas al suelo, como si de hielo se tratara. Pero, como siempre, el premio al esfuerzo y al sacrificio llega ya que es una de las cumbres del Pirineo más impactantes por su extraordinaria panorámica…¡Quedamos atónitos y maravillados!…Si algo tiene de gratificante la montaña, es, sin duda alguna, la llegada a la cumbre y más en este caso concreto, donde es sabido que las vistas desde el Collarada son las más célebres y populares de todo el Pirineo…Carlos, enloqueció por la excitación, y nos instruía con verdadero gozo y emoción, sobre el gran espectáculo del que éramos testigos privilegiados: “-Mirad, ¿veis esa cadena de montañas en frente?, pues ahí tenéis el Petrexema, la mesa de los tres reyes y el Anie más a la izquierda…”,-decía entusiasmado. Por el otro lado teníamos unas vistas magníficas del parque de Ordesa con el Monte perdido como cima más destacada, y, siguiendo la cadena, nos encontrábamos con el pico Balaitus, aunque, por encima de todos y en un primer plano, rodeado de un anillo de nubes, asomaba el Midi D’Ossau, misterioso y lleno de encanto, como sacado de un cuento de hadas…

El coloso Midi d’Ossau

¡Qué cosa más bonita, de verdad!…Las vistas nos encantaron a todos y disfrutamos de lo lindo haciendo fotos…Descendimos, colmados de muy buenas sensaciones, y, sobre las tres, nos recogió el taxi en la Trapa para llevarnos de nuevo a los coches. Después de ver la famosa estación de Canfranc, el plan era ducharnos en el albergue y pasar la tarde de visita en la famosa localidad de Jaca…¡No faltó la cerveza Ambar! y un buen espectáculo callejero, a modo de “performance”, que vimos en el casco antiguo sentados en una terraza…

Frente al Midi

¡Ay! me dejo tantas cosas en el tintero, pero, no hay tiempo para más y debo terminar ya…Al día siguiente culminamos el Aspe -iniciando la ruta desde las pistas de Candanchú- cuya ascensión, para mí y creo que para el resto, fue muchísimo más bonita y excitante que el Collarada, con pasos, accesos y canales, podríamos decir que “más de alta montaña”, y con un maravilloso paisaje pirenaico siempre embellecido por la constante vista del coloso Midi D’Ossau. Nuestra querida Maria José, debido a las extremas condiciones de la subida, no logró culminar el Aspe, y, por ello, sinceras lágrimas brotaron de sus ojos, porque la montaña, al fin y al cabo, se sube con el corazón, pero, aún así, debido a su entrega y determinación, estamos seguros de que próximamente esas lágrimas se tornarán en un grito de júbilo cuando alcance de nuevo la cumbre del Aspe. Gracias a Pedro por la excelente organización y la elección de este encantador enclave pirenaico…Por cierto, tengo una pesadilla recurrente, desde que hice esta travesía: voy subiendo hacia el Aspe, y cuando llego a la cumbre, me dicen que no, que se trata del Collarada, y me levanto de golpe en mitad de la noche, aturdido y lleno de estupor, gritando: ¡¡¡Que me aspen, si es Collarada!!!…Jajajaja…¡Un saludo aziblogueros!…

Con Pedro en la cumbre del Aspe

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